jueves, 4 de octubre de 2012

Los padres de la madre de mi madre



Mi bisabuelo Francisco Clivillés nació en Madrid en 1873. Mi bisabuela Matilde Padilla nació en 1875, también en Madrid.

Francisco era un escultor de bastante renombre. Su taller y su domicilio estaban en el número 21 de la calle Ferraz. Recibió medallas y menciones honoríficas en las Exposiciones de Bellas Artes de 1895, 1897, 1904 y 1908 y 1915. Fue miembro del jurado en las de 1911 y 1920. El oficio le debía de venir de familia. Uno de sus antepasados, como explico más abajo, era fundidor, y su hermano, Julio, también era escultor.



La única obra de Francisco que he visto es el monumento a Rosalía de Castro en el Parque de la Alameda de Santiago de Compostela, realizado por Francisco Clivillés e Isidro de Benito en 1917. No tengo noticia fehaciente de ninguna otra.

Photo by Luis Miguel Bugallo Sánchez (Own work) [CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons

Todo iba viento en popa para Francisco y Matilde, pero hacia los años veinte Francisco sufrió una crisis personal de la que nunca se recuperó. Las causas no están claras, y no sé si lo estaban entonces. Según la tradición familiar, él aspiraba a abandonar las artes decorativas, de las que vivía muy bien, para convertirse en un artista de verdad, y no pudo superar la frustración de no conseguirlo. A esto se unió la muerte prematura de su hijo mayor, Doroteo. Parece que Francisco tenía la ilusión de que Doroteo triunfara donde él había fracasado.

De un modo u otro Francisco dejó de trabajar y la familia no tenía ningún ingreso. Poco a poco fueron perdiendo todo lo que tenían. En 1930 el juez le reclama el pago de un préstamo de 66.000 pesetas asegurado con una hipoteca sobre una casa que tenia en la calle Tortosa. En 1931, para cobrar un préstamo de 50.000 pesetas, se subasta una casa suya de siete plantas en el número 42 de la calle Ramón de la Cruz (puja mínima 60.000 pesetas). Mi abuela y su hermana, que eran las hijas pequeñas, se tuvieron que poner a trabajar de adolescentes, mi abuela de modista, su hermana de sombrerera.

En los años 30, con dos de sus nietas

Cuando empezó la Guerra Civil, Francisco y Matilde se trasladaron con una hija suya a un pueblo de la provincia de Albacete, huyendo de los bombardeos. Al terminar la guerra, Francisco se fue exiliado a Francia con uno de sus hijos. Creo que volvió al poco tiempo.

La apatía de Francisco y la situación familiar a que dio lugar despertaron en Matilde un odio tragicómico hacia su marido. Parece que cuando él salía de casa ella se asomaba a la ventana porque, según decía, le encantaba verle la espalda. Cuentan que cuando Francisco se fue a Francia Matilde decía que aunque no quería que le pasara nada a su marido, tampoco quería que volviera.

Matilde tuvo una muerte espantosa. Poco después de terminar la Guerra Civil, un camión militar que estaba dando marcha atrás la aplastó contra una pared. Llevaba de la mano a dos de sus nietas, que salieron ilesas. Todos los meses, en el día de la muerte de Matilde, Francisco le llevaba flores al cementerio, en contra de los deseos expresos de Matilde, que le había amenazado con tirarle un zapato si lo veía aparecer por allí. Él murió a finales de la década de los 50.

Francisco y Matilde tuvieron tres hijos y tres hijas. Aparte de Doroteo, que murió joven sin descendencia, todos tuvieron hijos, nietos y ahora bisnietos. Sin embargo, como los hijos sólo tuvieron hijas, entre todos los que somos ninguno conservamos el apellido Clivillés. Lo que no ha desaparecido del todo entre los descendientes de Francisco es la vocación artística.

Los Clivillés

El padre de Francisco era de Águilas, provincia de Murcia, y sus abuelos de Cartagena. Sus antepasados, desde el siglo XVII, eran casi todos de pueblos del sureste, de las provincias de Murcia, Alicante, Valencia y Albacete.

La madre de Francisco, su abuela materna y todos los antepasados de ésta desde el siglo XVII eran de la ciudad de Albacete. Los antepasados de su abuelo materno eran de Villagarcía del Llano, provincia de Cuenca.

El bisabuelo de Francisco por línea masculina, también Francisco Clivillés, era de Mataró, pero a finales del siglo XVIII se había establecido en Cartagena. El padre de éste y sus abuelos paternos eran de Mataró. Su madre y abuelos maternos eran de Arbucias, provincia de Gerona. El primer Clivillés que aparece en los libros sacramentales de la parroquia de Santa María de Mataró es Jaume, marinero de Cambrils, hijo de Bernat y Tecla, que se casó con Margarida Ayraut en 1643. No he conseguido establecer todavía la conexión entre Jaume y Francisco, pero es muy probable que Jaume sea el bisabuelo de Francisco. Esto sería una coincidencia extraordinaria, pues desde hace doce años veraneo en Cambrils, por no hablar de mi afición a la navegación.

En la Iglesia de la Caridad de Cartagena hay una campana con la siguiente inscripción: "Jesús, Maria y José. D. Francisco Clivilles, Hermano Mayor de este Real Hospital. 1.820." Se la conoce como ‘La Clivillés’. El autor tiene que ser, o bien el bisabuelo de mi bisabuelo, el de Mataró, o bien un hijo de éste, el abuelo de mi bisabuelo, que también se llamaba Francisco.

Aparte de los descendientes de mi bisabuelo Francisco, tengo noticia de los descendientes de su hermano Julio. Los bisnietos de Julio son mis primos terceros. Conozco a una de ellas, por el trabajo, desde mucho antes de saber que estábamos emparentados. Imaginaros la sorpresa.

Los Padilla

Matilde era hija única de Antonio Padilla y Demetria Sánchez. Antonio y sus antepasados, al menos desde el siglo XVIII, eran casi todos de Madrid. Demetria y sus antepasados eran de Chiloeches, provincia de Guadalajara.

A pesar de haber nacido y residir en Madrid, el abuelo paterno de Matilde, Rafael, tenía tierras, intereses y una casa en Chiloeches. Creo que Francisco y Matilde se conocieron allí, cuando él fue a hacer un trabajo en la iglesia del pueblo.

Rafael era el primer contribuyente de Chiloeches. También fue alcalde. Según tengo entendido, la calle Padilla de Chiloeches lleva ese nombre en su honor. Ni yo ni otros que están investigando la cuestión sabemos cómo ni por qué llegó Rafael a Chiloeches. En cualquier caso parece que Rafael no dejó muy buen recuerdo en Chiloeches. En 1883, la Diputación Provincial de Guadalajara acordaba por unanimidad
...autorizar al Ayuntamiento de Chiloeches para ejercitar su acción ante los Tribunales de justicia, contra los hijos herederos del finado Rafael Padilla, apoderado que fué del Ayuntamiento de la citada localidad, en reclamación de valores de la propiedad del citado Municipio, procedentes del 80 por 100 de la enajenación de sus bienes propios.
En la familia siempre se ha dicho que los Padilla tenían un título nobiliario, aunque yo no he encontrado ninguna evidencia de esto, y en este caso la ausencia de evidencia tiene que ser evidencia de ausencia. Si, como creo, el rumor es falso, me gustaría averiguar de dónde procede. De que Rafael tenía dinero no cabe duda, pero gran parte de lo que tuvo lo perdió, y al morir ya no le quedaba gran cosa. Sin embargo, parece que su nieta Matilde, mi bisabuela, siempre tenía presente su alta cuna, aun cuando sus circunstancias personales no estaban a ese nivel. Creo que algo de esa actitud se ha conservado en sus descendientes.

Antonio y Demetria, los padres de Matilde, vivían en Madrid, en la calle del Gobernador y luego en la de la Verónica. Él era empleado de organismos públicos, y de cuando en cuando cesante, como en los artículos de Larra. Demetria murió cuando Matilde tenía once años. Antonio se volvió a casar.

Antonio tiene muy mala fama en la familia, como el causante de la decadencia de los Padilla, a pesar de que, como he dicho, parece que los problemas empezaron ya con su padre. Tuvo un final trágico, suicidándose en la oficina en 1904, el día de la lotería. La prensa de Madrid se hizo eco del suceso. El Imparcial lo reseñaba así:
A la una y cuarto de ayer tarde ha puesto fin a su existencia, en el despacho del director de la Deuda, un empleado, disparándose en la boca un tiro de revólver.
Quedó muerto en el acto.
El juez, que acudió al lugar del suceso, encontró en un bolsillo de la americana del suicida una carta que aún no ha sido abierta.
En el sobre de la misma se leía lo siguiente:
“No tengo fuerza para salir; me han abandonado completamente. Que me perdonen si doy este espectáculo en la oficina.”
Se atribuye el suicidio a carencia de recursos y a disgustos de familia.
El desdichado tenía cincuenta años y deja mujer y varios hijos.
En realidad tenía sesenta y ocho años, y dejaba dos hijas: mi bisabuela y otra de su segundo matrimonio.

El corresponsal del Diario de Avisos de Madrid expresa su sorpresa por ‘tan fatal resolución’,
 … pues durante toda la mañana había estado trabajando, sin dar muestras de la menor preocupación.
Según El Gráfico, en la carta al juez explica Antonio que tomó su decisión
…por padecer hace bastante tiempo una enfermedad crónica y al mismo tiempo por recientes desgracias de familia.
El Liberal ofrece una explicación distinta:
Según parece el Sr Padilla mandó a comprar la lista grande de la lotería a las doce y media, y, sin duda, al ver que el número que él poseía no aparecía entre los favorecidos por la suerte, debió de sentir tal desesperación a causa de su apurada situación económica , que decidió quitarse la vida.
Además, en las primeras horas de la mañana solicitó del interventor que no se le descontase de su modesto haber una parte que se le retenía desde hacía algún tiempo, y su petición le fue denegada, causándole una gran contrariedad, que probablemente fue la causa determinante del suicidio.
Antonio tenía muchos hermanos. Sé de los descendients de uno de ellos, Luis. Los tataranietos de Luis son mis primos cuartos. Conozco al marido de una de ellas, al que también le interesa la genealogía.