Me dicen que para que me asciendan a catedrático tendría que escribir un libro, es decir, otro libro, pues el que escribí hace diez años no es suficiente, porque es más bien un manual.
Yo de pequeño una vez intenté construir uno de esos veleros con ruedas que usan para hacer carreras en las playas del Norte de Francia. Después de mucho romperme la cabeza acabé viendo con creciente claridad que mis intentos estaban condenados al fracaso, que con mis herramientas, materiales y conocimientos era simplemente imposible construir una cosa así. Supongo que muchos habréis tenido experiencias parecidas.
Con la filosofía he llegado a una situación similar. Llevo unos veinte años intentando resolver una serie de problemas y responder una serie de preguntas que ahora me parecen fuera de mi alcance, como si estuviera intentando construir un coche de verdad con piezas de meccano. No sé si la culpa es de mi inteligencia, mi dedicación, mi educación, mi enfoque filosófico o la condición humana (la impotencia del logos, como dirían algunos). El caso es que en este momento me siento incapaz de escribir el libro que llevo años intentando escribir. Sin embargo tengo que escribir un libro, y si no es ese tendrá que ser otro: un libro de meccano. ¡A la carga!
jueves, 29 de octubre de 2009
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1 comentario:
Pues eso: a la carga. Ya dirás sobre qué.
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