Últimamente siempre que voy en metro me dedico a dibujar a otros pasajeros. Es un poco obsesivo: es difícil parar. Suelo aprovechar el tramo entre Finsbury Park y Kings Cross, pues son cuatro estaciones en las que no se baja mucha gente. Unos me salen mejor que otros. En cuanto trazo la primera línea ya sé si me va a salir bien o mal. Ahora aunque no tenga con qué dibujar siempre que veo una cara la dibujo con la vista. Recorro las líneas y registro los ángulos y las curvas. Mirar así la cara de un desconocido tiene algo de indecente. Es casi como tocarla. Estos los he hecho hoy:
martes, 24 de marzo de 2009
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