lunes, 19 de enero de 2009

Club de vela caballo de mar

Tengo mi barco en un embalse que se suele conocer por el nombre de Wesh Harp, el Arpa Galesa. Está en pleno Londres, a un cuarto de hora de casa en coche, cuando no hay tráfico. Se ve brevemente, entre los árboles, desde la North Circular Road, que es un cinturón de circunvalación inmundo. Cuando estás en el embalse ves y oyes el trafico de la North Circular a lo lejos, recordándote la suerte que tienes de no estar allí. La finalidad del embalse es reponer el agua que pierden los canales de Londres por la evaporación o por el uso de las exclusas. Ahora se usa además como reserva de aves acuáticas y para navegar.

Para navegar en el Welsh Harp tienes que ser socio o invitado de uno de los cinco clubes de regatas que comparten el embalse. Yo soy socio del Seahorse Sailing Club. Cuando me decidí a aprender a navegar, hace unos cinco años, no sabía muy bien dónde acudir ni cómo empezar. Primero me apunté a un curso teórico en una escuela de clases nocturnas para adultos. Allí un compañero me habló del Welsh Harp. Primero me hice socio de otro de los clubes, donde aprendí, más o menos, a navegar en vela ligera. Luego me enteré de que en Seahorse había gente que se dedicaba a la navegación de crucero, que era lo que a mi me interesaba. Empecé a navegar con ellos, y al año siguiente me hice socio de Seahorse. Hasta ahora.

La actividad principal del club son las regatas de vela ligera, todos los sábados del año y todos los martes por la noche cuando cambia la hora. A mi eso no me interesa. Lo que me gusta es navegar en el mar o de vez en cuando darme un par de vueltas por el Welsh Harp con alguna de mis hijas. Así que voy poco, pero lo poco que voy me compensa. Conozco a mucha gente, a algunos muy bien, y a muchos de vista. Mucha gente me conoce a mí, mejor o peor, y a mis hijos (mi mujer nunca va). Me siento arropado.

Seahorse es una organización admirable. Todos los jueves por la tarde, cuando los días son más largos y hay luz, los socios dan, o damos, clases gratis de vela a cualquiera que venga y se haga socio. Pueden usar el equipo del club. Una vez que has pasado un examen, puedes sacar los barcos del club cuando quieras. Si tienes tu propio barco lo puedes guardar allí. El club no tiene empleados. Todo lo hacemos los socios, por lo que las cuotas son muy asequibles. Cualquier socio puede participar en las regatas. Si no sabes llevar un barco te buscan quien te saque de proel. Organizan fiestas, barbacoas y actividades para los niños.

Hay miles y miles de clubes como este, dedicados a cualquier actividad imaginable. Son asociaciones privadas, independientes de cualquier estamento público, pero en general abiertas a todo el que quiera participar. Son la columna vertebral del país. Tengo que confesar que no he leído España invertebrada, pero supongo que algo así es lo que echaba en falta Ortega.

El varadero del Welsh Harp. Se ve que hay afición:


La regata del sábado. En verano hay mucha más gente:


El local social de Seahorse es modesto pero agradable, con un bar, una cocina y un salón en el piso de arriba y un taller y vestuarios en el de abajo:


El salón:


El taller. Fred, a la derecha, es un jubilado que te puede arreglar cualquier cosa en el barco. El año pasado celebramos el sexagésimo aniversario, no de su nacimiento, sino de su llegada al Welsh Harp. Todavía navega. Richard, a la izquierda, es el maestro de las regatas. Lo gana todo. Nadie acaba de entender cómo consigue ir siempre un poco más rápido que los demás:

No hay comentarios: