El sábado fuimos a una fiesta en casa de mi amigo David. Conocí a David en St Andrews en 1987. Yo acababa de salir de España y él acababa de salir del sureste de Inglaterra. Los dos estábamos igual de desorientados. Vivíamos en habitaciones contiguas en una residencia de estudiantes de postgrado. Los dos estábamos haciendo un master en filosofía, él en el Departamento de Filosofía Moral y yo en el de Lógica y Metafísica. David me introdujo al mundo de la cerveza inglesa, uno de los puntos de referencia de su vida.
David había hecho la carrera en la City of London Polytechnic, que ahora se llama London Metropolitan University. Antes de ir a St Andrews había trabajado en los servicios sociales de un ayuntamiento. Después de St Andrews hizo un doctorado en ciencias políticas en Southampton. Al terminar no consiguió encontrar trabajo estable en una universidad, así que decidió hacer un curso de capacitación para dar clases en colegios.
Desde hace unos años trabaja en Harrow School. Es uno de los dos o tres colegios internos más exclusivos del país. Se fundó en el siglo XVI, y entre sus antiguos alumnos hay gente como Lord Byron, Churchill y otros seis primeros ministros, o el rey Hussein de Jordania. Cuesta unas 30.000 libras al año. Acaban de nombrar a David “Master” de una de las casas en las que está dividido el colegio. Con el cargo viene una vivienda en las dependencias de la casa, con salones inmensos y vistas maravillosas. Allí era la fiesta.
Yo nunca había estado allí. Curiosamente para este tipo de colegio, no está en el campo, sino en un barrio de Londres. Sus instalaciones están en la vía pública, sobre una colina. Como cabe esperar, es muy bonito.
David vino a nuestra boda en Madrid en 1988. Nosotros fuimos a la suya en Durham en 1994, recién llegados a Inglaterra. Anna, su mujer, es una jamaicana inteligente, agradable y guapísima. Antes era profesora de ciencias políticas en Durham. Ahora es investigadora en la Cámara de los Comunes. Cuando todavía vivíamos en Birmingham fuimos al bautizo de su primer hijo en Saffron Walden. Cuando nació el segundo ya vivíamos en Londres. Lo conocí recién nacido en la unidad de cuidados intensivos de un hospital infantil cerca de mi trabajo. Nació con problemas serios y parece que se salvó por los pelos. Luego fuimos a su bautizo en Winchester, donde vivían entonces, pero nada más llegar nos tuvimos que volver porque nuestro hijo cogió la varicela.
En la fiesta Anna llevaba unas botas de ante rojo muy altas y de mucho tacón que le había regalado David por su cumpleaños. Eran todo lo provocativas que pueden ser unas botas sin dejar de ser elegantes. Al final de la fiesta varias mujeres, incluida la mía, se turnaron para ponérselas y bailar con ellas. Qué delicia.
Los que conozcáis el sistema educativo inglés sabréis que el trayecto de la City of London Polytechnic a House Master en Harrow School es un ascensión meteórica e improbable. Estoy muy orgulloso de mi amigo David.
martes, 6 de enero de 2009
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